Del no es mi “pex”, a la suma de voluntades y trabajo para resolver problemas
Desde la contemplación de otros y otras, y el vacío de autoridad institucional, hace una década comenzamos a soñar. A soñar en una Morelia distinta, amable con el medio ambiente, estructuralmente sólida, y resuelta a autogestionarse.
Mi sueño, compartido por muchos jóvenes más, tomó forma y se materializó en una asociación civil que asumió el arte urbano como mecanismo de expresión, de integración social, de arte y cultura, y de libre asociación.
Futura, AC ha trabajado de la mano de cientos y quizá miles de jóvenes en Morelia; sin embargo, al paso de los años, su intervención ha traspasado nuestras fronteras territoriales para instalarse como una respuesta, en otras comunidades y localidades. Sembramos esperanzas, con una brocha y aerosoles, en las paredes de los pueblos.
Con nuestro entusiasmo y resultado, hemos contagiado a muchos ciudadanos que han aceptado que sus calles, sus casas, y sus barrios, sean el espacio monocromático para pintarlo del color de la rabia, sí, pero también del color de la esperanza, del deseo de superación, y de libertad.
Estoy convencido que nuestro arte urbano, no solo son colores fríos y cálidos, plasmados en piedra, en ladrillo, en cemento y en hormigón. Son las voces ruidosas de una juventud entrampada entre dos realidades. Entre presente y futuro. Entre Valladolid y Morelia. Entre el mal y el bien. Entre estoy y no. Esta realidad dicotómica en nuestra sociedad más joven, -y una ciudad que se carcome desde dentro, frente a la pasividad de las autoridades-, nos movió a la intervención.
Morelia es una ciudad rota. Con múltiples problemas, comunes a todas las ciudades de México. La única cosa que nos diferencia y distancia de esas otras ciudades-cárceles mexicanas, somos nosotros, justamente… la sociedad Morelia, conformada por los nativos y los que decidieron radicar aquí, y se “naturalizaron”, por así decirlo. Por eso no me queda la menor duda que podemos enfrentar, juntos y juntas, todos esos problemas, conflictos y circunstancias adversas, para convertirlas en posibilidad y en realidad.
Las personas adultas, con esa infinita sabiduría que a veces las caracteriza, muchas veces han ignorado problemas y conflictos. ¡Nosotros no! En Futura, erradicamos la frase “… no es mi problema”; “no es mi pex”. Hemos sumado voluntades, y le hemos dado forma al trabajo colectivo para desarrollar increíbles obras de arte urbano. Si lo hemos logrado aquí, y así… ¡que más cosas no lograremos, cuando el Universo conspira a nuestro favor para lograrlo!
Por cierto hoy, en Morelia ¡las paredes hablan!