Cuando se habla de liderazgo, o ser líder, no podemos dejar de lado el hecho de que es un término muy trillado, desgastado no solo en el ámbito de los negocios, sino en muchos otros que rodean el día a día de la sociedad.
Una tendencia muy marcada en la actualidad es la de “ser líder”, una gran cantidad de la población desea convertirse en uno, muchas veces sin conocer con seguridad lo que se intenta conceptualizar en el término. En el mismo orden de ideas, se debe esclarecer que “ser líder” no es lo mismo que tener una posición jerárquica organizacional, al menos no necesariamente. Es decir, el liderazgo no debe confundirse con ser jefe, gerente, directivo, o dueño de una compañía.
Más bien, se aborda como una capacidad o habilidad que se desarrolla para influir en las demás personas y alcanzar ciertos objetivos. Pero este concepto no es una habilidad en sí, sino un conjunto basto de ellas. Un líder podría tener habilidades como comunicación, motivación, inteligencia emocional, entre otras, que no son exclusivas del “ser líder”, pero que, en su conjunto, logran formar a un individuo y dotarlo con ciertos rasgos de liderazgo.
El tener un conjunto de habilidades similares a las mencionadas no ubican automáticamente a alguien en una posición jerárquicamente alta dentro de una organización, pero sí logran influir en el desarrollo de las personas a su alrededor. Los líderes predican, con acciones, el ejemplo a seguir para el desarrollo, buscando un objetivo o una mejora no solo en beneficio propio sino para la organización en la que se desempeñan. Construyen vínculos con todas las personas que forman parte de la organización o tienen contacto con ella, y son capaces de llevar a buen puerto los proyectos que inician.
Desde esta perspectiva conocida como empresarial, el liderazgo se enfoca en satisfacer las necesidades de la empresa, alcanzar sus objetivos y desarrollar su potencial. Esto se suele dar en modelos como el Coaching de negocios, el cuál logra de manera muy efectiva desarrollar la filosofía organizacional, de los equipos y los líderes hacia nuevas formas de pensar y progresar, derivando en otra de las perspectivas del liderazgo que es el transformacional.
Partiendo desde lo transformacional del concepto, podemos decir que el desarrollo del liderazgo dentro de una organización logra hacerla transitar de una situación actual a una situación deseada, esto es conocido como transformación y le da a este liderazgo su nombre, el que se considera adecuado por lo que alcanza a modificar, estructuralmente, dentro de las organizaciones.
Una organización, como conjunto de personas que trabajan para conseguir objetivos en común, debe pretender desarrollar líderes, entre más tenga funcionando dentro de su estructura, más potencial podrá desarrollar y metas más altas podrá conseguir.
La ley del límite de John Maxwell nos retrata a la perfección el desarrollo de líderes dentro de una organización, pues menciona que el liderazgo tiene un determinado límite, y que dicho límite es el límite potencial de una persona, equipo u organización. Por lo tanto, para aumentar el desempeño es necesario aumentar el nivel de liderazgo. Lo mismo se traduce en términos organizacionales, entre más desarrollo de líderes se tenga dentro de una organización, más posibilidades de crecimiento tiene esta. Es decir, son variables directamente proporcionales.
Una de las mejores estrategias para el desarrollo de líderes es el Coaching de negocios, que se enfoca en el liderazgo de la empresa y de los equipos que la conforman, para que la transformación sea, no solo posible, sino duradera. De alguna forma, el Coaching cambia la visión y la filosofía de la empresa en el sentido de que incrementan su potencial, lo que deriva en un desarrollo de líderes como los que se describen al principio. Que predican con el ejemplo, que dominan sus especialidades y consiguen influir en el desarrollo de todos los demás, de los equipos y de las personas.
Lo que brinda en Coaching es desarrollar líderes que desarrollen líderes, formando una cadena, que es difícil de romper, pues una organización que consigue tener más y más líderes, es muy poco probable que no comience a despegar y alcanzar metas cada vez más altas. Porque todos tenemos la capacidad de desarrollar habilidades de liderazgo, todos tenemos ese “ser líder” dentro de nosotros. Debemos primero entender qué es el liderazgo, después vivirlo activamente, y desarrollarlo.